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Pánico

El pánico es una experiencia desafiante pero tratable que afecta a muchas personas en todo el mundo

Soledad Barbacil

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El pánico es una experiencia intensa y abrumadora de miedo o ansiedad, acompañada a menudo de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración y dificultad para respirar. En este artículo, examinaremos en profundidad qué es el pánico, sus posibles causas, síntomas y estrategias para manejarlo.

El pánico es una respuesta de lucha o huida exagerada del cuerpo ante una percepción de amenaza inminente, incluso cuando no existe un peligro real. Esta experiencia puede manifestarse como ataques de pánico, episodios repentinos de miedo intenso que pueden durar varios minutos y desencadenar una variedad de síntomas físicos y emocionales.

Causas y factores de riesgo

Las causas del pánico pueden ser multifacéticas e incluir factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales. Las personas con antecedentes familiares de trastornos de ansiedad tienen un mayor riesgo de experimentar ataques de pánico, al igual que aquellas que han experimentado eventos traumáticos o situaciones estresantes en sus vidas.

Síntomas y manifestaciones

Los síntomas del pánico pueden variar de una persona a otra, pero comúnmente incluyen:

- Palpitaciones o taquicardia

- Sensación de ahogo o dificultad para respirar

- Mareos o desmayos

- Temblores o sacudidas

- Sudoración excesiva

- Sensación de irrealidad o desconexión de la realidad

- Miedo a perder el control o volverse loco

Estos síntomas pueden ser tan intensos que algunas personas pueden temer que están experimentando un ataque cardíaco u otro problema médico grave.

Tratamiento y manejo

El tratamiento del pánico puede implicar una combinación de terapia cognitivo-conductual, medicación y técnicas de manejo del estrés. La terapia cognitivo-conductual (TCC) se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al pánico, mientras que ciertos medicamentos, como los antidepresivos o los ansiolíticos, pueden ayudar a reducir los síntomas.

Además, aprender técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación y la visualización puede ser útil para controlar los ataques de pánico en el momento y reducir la frecuencia e intensidad de los mismos a largo plazo.

Desmitificando el pánico

Es importante reconocer que experimentar pánico no significa debilidad o falta de control. El pánico es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones percibidas como amenazantes, y puede ser manejado con el tiempo y el apoyo adecuado. Buscar ayuda profesional de un terapeuta o psiquiatra capacitado puede ser el primer paso hacia la recuperación y el bienestar emocional.

En conclusión, el pánico es una experiencia desafiante pero tratable que afecta a muchas personas en todo el mundo. Con la comprensión adecuada, el apoyo y las estrategias de manejo del estrés, es posible aprender a controlar el pánico y vivir una vida plena y satisfactoria.

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