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La vicepresidenta María Jesús Montero, reprobada en el Senado

Los populares hacen válida su mayoría absoluta para señalar a la también ministra de Hacienda. “Debe abandonar el cargo”, ha señalado la portavoz popular Alicia García

La portavoz del PP en el Senado, Alicia García, es aplaudida tras su defensa de la moción que pedía la reprobación de María Jesús Montero este miércoles en la cámara alta.m
Manuel Viejo

Pablo Motos ha aparecido por sorpresa este jueves en el Senado. El senador burgalés del PP Salvador Foronda ha criticado a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero ―ausente en el pleno, pero foco de todas las miradas durante la sesión matutina y vespertina—, porque los populares, con el rodillo de la mayoría absoluta en la Cámara alta, han propuesto su reprobación como ministra de Hacienda. Foronda, sin medias tintas, ha dicho: “La señora Montero ha venido a la política a lo contrario a lo que va la gente a El Hormiguero. La gente va a El Hormiguero a divertirse, y ella ha venido a la política a fingir que se divierte”. Los populares han sonreído y aplaudido de lo lindo. Y han votado a favor de la reprobación con el apoyo de Vox y de Unión del Pueblo Navarro. Y la ministra Montero, por tanto, ha sido reprobada, por 147 votos a favor, 108 en contra y 6 abstenciones.

La reprobación es una práctica política que la oposición utiliza en todos los parlamentos de España. La presentan los grupos de la oposición. No va más allá de un alto valor simbólico. Sirve para expresar el desacuerdo con las actuaciones del político al que se va a reprobar, como este caso. Busca, en definitiva, titulares informativos que arañen, dañen y mengüen al Gobierno de turno. Esta es la sexta reprobación que hace el PP desde febrero del pasado año en el Senado: a cinco ministros y al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz.

El portavoz del PSOE en el Senado, Juan Espadas (d), durante el pleno de este miércoles.

Este miércoles era un día señalado en rojo en el Senado. Tanto es así que la senadora y portavoz popular, Alicia García, se ha enfundado en un traje del mismo color para defender desde el atril la reprobación de Montero, a la que el PP mira con el rabillo del ojo por su gran presencia mediática en Andalucía tras ser nombrada secretaria del partido en la comunidad autónoma, donde los populares lograron una aplastante mayoría absoluta con Juan Manuel Moreno. El PP, en definitiva, ha justificado la reprobación de Montero en el Senado en tres puntos. Por “el incumplimiento de sus obligaciones en materia presupuestaria y de financiación autonómica”. Por “someter a los ciudadanos a un constante incremento de la carga fiscal”. Y por “sus descalificaciones públicas en relación con la labor de jueces y magistrados”. Esto último se refiere ―aunque sin mencionarlo expresamente—, al cuestionamiento de la presunción de inocencia que hizo la ministra tras la absolución del futbolista Dani Alves, juzgado y condenado en primera instancia por un delito de violación. Montero pidió disculpas por sus palabras días después.

García, la portavoz del PP, ha pedido su dimisión abiertamente. “Debe abandonar el cargo”, ha dicho, “porque ha exprimido a impuestos a los españoles. El esfuerzo fiscal está disparado. La mitad de los salarios se los queda Sánchez y Montero. ¿No iban a subir impuestos a los ricos?”. Vox se ha mostrado de acuerdo con la moción, no así al resto del arco parlamentario. Compromís, por ejemplo, ha dicho que la reprobación está muy bien para una serie de Netflix, pero que al Senado no se viene “a hacer el ridículo”. Y, de paso, ha lanzado un dardo al PP: “¿Y por qué no reprueban a Carlos Mazón?”, se ha preguntado. Junts, por su parte, ha criticado de puntillas a Montero, y ha pedido al PP que lo suyo sería hablar de cuestiones que afectan en Cataluña, como el coste de la vivienda. Lo mismo ha hecho ERC, que ha señalado la idea de los populares como un ejercicio de “populismo fiscal”.

El portavoz socialista, el andaluz Juan Espadas, ha defendido a su partido yendo al ataque. “El mundo en vilo, pendiente de los aranceles, y ustedes a lo suyo: ruido, mentiras y conflicto permanente con el Gobierno de España. Esto es una moción que ni siquiera es novedosa”. Y ha salido adelante. Y tampoco será la última.


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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.
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