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La mayoría de los senadores que definirá la reforma laboral anuncia su voto en contra

8 de los 14 miembros de la Comisión Séptima firman una ponencia que propone archivar el proyecto de ley. El presidente amenaza con una “ruptura entre el Congreso y el Gobierno”

Reforma laboral de Gustavo Petro en Colombia
Ocho senadores de la Comisión Séptima firman una ponencia de archivo de la reforma laboral.
Juan Miguel Hernández Bonilla

La reforma laboral del Gobierno de Gustavo Petro ha quedado virtualmente hundida en el Congreso de la República. Al mediodía de este martes, 8 de los 14 congresistas que integran la Comisión Séptima del Senado, que debe decidir el futuro del proyecto de ley, firmaron una ponencia para archivarlo. La radicación del documento, que tuvo el apoyo de los partidos de derecha y centroderecha, se dio mientras cientos de sindicalistas del estatal Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, protestaban por sus derechos laborales en el nuevo edificio del Congreso y trataban de impedir esa firma. Con esta decisión, una de las tres reformas sociales que ha propuesto el presidente ha recibido una estocada que probablemente sea definitiva. Aunque sigue pendiente el debate y los congresistas pueden cambiar de parecer en él, es poco probable que alguno de los ocho decida apoyar un proyecto que busca transformar las condiciones de millones de trabajadores en Colombia. La reforma propone aumentar las horas que los empleadores pagan con recargo nocturno, aumentar el sobreprecio del trabajo en festivos y dominicales a un 100%, incrementar la licencia de paternidad, ampliar las licencias para mujeres con ciclos menstruales incapacitantes, mejorar el contrato laboral para los aprendices del SENA y regular el trabajo de plataformas digitales, entre otras medidas.

La senadora conservadora Nadia Blel Scaff, presidente de la Comisión Séptima y fuerte opositora de Petro, explicó en una rueda de prensa los motivos para votar contra el proyecto. “Consideramos que es inconveniente para Colombia. Esta es una decisión de carácter técnico, no político. Esta reforma no fomenta el empleo, ni combate la informalidad y no concilia entre el bienestar de los trabajadores y la productividad del país”, dijo la política caribeña en diálogo con periodistas. También firmaron el documento de archivo Honorio Henríquez y Alirio Barrera, del uribista Centro Democrático; Esperanza Andrade, del Partido Conservador; Berenice Bedoya, de la Alianza Social Independiente (ASI); Miguel Ángel Pinto, del Partido Liberal; Ana Paola Agudelo, del cristiano Mira, y Lorena Ríos, del también religioso Colombia Justa Libres. Fue esta misma comisión la que hace un año hundió la primera versión de la reforma a la salud, en la que ha sido la mayor derrota legislativa en dos años y medio del Gobierno de izquierdas.

Casi en simultáneo con el anuncio de los ocho senadores, el presidente Gustavo Petro escribió un duro mensaje en su cuenta de X: “Si la comisión VII hunde las reformas que necesitan los trabajadores y el pueblo de Colombia habrá una ruptura entre el Congreso y el gobierno. Espero que no cometan tamaña irresponsabilidad con Colombia”. El presidente habla en plural porque sabe que su otra promesa de campaña, la reforma a la salud, también deberá ser discutida en esa comisión en las próximas semanas. No aclaró a qué se refiere con “ruptura”. En el pasado, ante decisiones legislativas adversas a sus propuestas, ha señalado a los congresistas de formar parte de un “golpe blando” en su contra y ha hablado de la necesidad de impulsar una movilización social o un cambio constitucional. Poco ha pasado más allá de sus palabras.

El presidente del Senado y también conservador, Efraín Cepeda, le respondió a Petro: “Presidente una vez más le exijo que respete al Congreso y deje de amenazarnos cuando hay decisiones democráticas que no están subordinadas al querer de su Gobierno”, dijo Cepeda. Y añadió: “La Constitución nos entrega unas facultades y ninguna de ellas es la sumisión al poder ejecutivo. El Congreso seguirá tomando decisiones de forma autónoma y según el criterio libre de los congresistas. La ruptura con que usted amenaza entre el Gobierno y el Congreso, no está regulada por la Constitución nacional y, por lo tanto, sería una violación a dicha norma”.

Más allá del cruce de mensajes entre Petro y Cepeda, en la comisión el Gobierno solo tiene el apoyo garantizado de 4 de los 14 senadores: Wilson Arias, Martha Peralta y Ferney Silva, del Pacto Histórico, la coalición por la que fue elegido Petro; y de Omar Restrepo de Comunes. Fabián Díaz, de la Alianza Verde, y Norma Hurtado, del partido de La U, anunciaron que presentarán una ponencia intermedia, que propone ajustes al proyecto para apoyarlo. Peralta cuestionó la decisión de sus compañeros: “¡Indignante! Este es un golpe para clase trabajadora del país. La comisión VII se negó a debatir la Reforma Laboral y eso va en contra de nuestro ser como Congreso, se negaron a debatir con argumentos y con ideas ¿Será porque no las tienen? Como Senadora de la comisión VII rechazo que no se quiera deliberar, para eso nos pagan, pero nos lo niegan. No queremos dilaciones, ni jugaditas para no discutirla, vamos al debate, para eso nos pagan”, escribió.

Para revivir el proyecto, que hace unos meses aprobó la Cámara de Representantes, el Gobierno necesita modificar la postura de por lo menos uno de los ocho senadores que firmó en contra. Para eso, están trabajando a toda marcha los nuevos ministros del Interior, Armando Benedetti, y de Trabajo, Antonio Sanguino. Los dos fueron senadores, de La U y el Partido Verde, respectivamente. Benedetti ha anunciado que hablará con Petro y ha recordado que en el procedimiento quedan “20 pasos más”. Sanguino también insiste en que hay tiempo para salvar la reforma. “En una democracia el Congreso no se puede negar a discutir una reforma laboral que reclaman los trabajadores y la sociedad de estos tiempos. Sobre todo si esa reforma en su trámite por la Cámara de Representantes ya había construido importantes consensos. Mal mensaje de quienes firmaron ponencia de archivo. Senadores: Aún hay tiempo para reflexionar y rectificar, escuchando el clamor popular”.

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Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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